Los quistes de artemia se acumulan en cuerpos de agua poco profundos y salinos, a menudo cerca de la orilla. El mejor momento para recolectarlos es durante la bajada estacional del nivel del agua, cuando se concentran en la superficie. Utilizamos métodos manuales de recolección con redes de malla fina o salabres, así como bombas e instalaciones de filtración
Después de la recolección y el procesamiento preliminar, los quistes deben ser transportados correctamente para mantener su calidad y viabilidad. La temperatura óptima de almacenamiento es de 0 a +10°C para evitar la eclosión prematura. La humedad debe ser mínima para evitar la hidratación de los quistes
Tras su llegada a la planta de producción, los quistes de artemia se verifican para asegurar que cumplen con los estándares de calidad. Esta etapa es crucial para garantizar una alta tasa de supervivencia y productividad de los nauplios durante la incubación. Se realiza una inspección visual y se evalúan características físicas como humedad, flotabilidad y densidad. Luego los quistes pasan por una incubación para determinar el porcentaje de eclosión
Los quistes de artemia suelen contener impurezas mecánicas (arena, algas, restos orgánicos). Se aplica un lavado salino para separar los quistes limpios de las partículas indeseadas. Primero se prepara una solución salina, luego los quistes se sumergen en ella. Las impurezas grandes se eliminan mecánicamente (mediante redes o filtración), y las más pequeñas mediante filtración con mallas finas (tamaño de poro de 100–150 µm)
Después del lavado salino, los quistes contienen una cantidad considerable de agua. Para eliminar el exceso de humedad y mejorar su conservación, se utiliza el centrifugado industrial durante 5–10 minutos, hasta que se elimina la mayor parte del líquido. Los quistes se descargan en estado semi-seco (humedad del 25–30%). Las ventajas del centrifugado incluyen: aceleración del proceso en comparación con el secado natural, reducción del riesgo de contaminación bacteriana y mejora de la vida útil gracias al control de la humedad
Tras la eliminación del exceso de humedad, los quistes de artemia se someten a una activación térmica que incrementa su capacidad de eclosión (hasta un 90%), acelera el nacimiento de nauplios y reduce el número de quistes no viables. Esta etapa es especialmente importante para la producción industrial de alimento vivo
Después de la activación térmica, los quistes deben ser limpiados de residuos salinos y otras impurezas para prepararlos para el almacenamiento o la incubación. El lavado con agua dulce disminuye el riesgo de acumulación de sales y mejora la calidad de la eclosión. Los quistes se filtran para eliminar partículas finas y restos de cáscaras. Si es necesario, el lavado se repite 2–3 veces. El secado final se realiza en hornos industriales para eliminar el exceso de humedad
Una vez completadas todas las etapas de procesamiento (limpieza, activación térmica y lavado con agua dulce), los quistes de artemia se empacan y envasan para conservar su calidad, prolongar su vida útil y facilitar el transporte. El secado final se realiza en cámaras de secado por aire o por vacío a temperaturas de hasta 40°C, ya que la humedad de los quistes antes del empaque no debe superar el 6–8%. El envasado se realiza en frascos o bolsas de 50, 100, 500 y 1000 gramos para pedidos pequeños, o en sacos multicapa de 20–25 kilogramos para grandes volúmenes industriales. También puede realizarse en otros formatos según las necesidades del cliente
Fórmula única de decapsulación
Hemos desarrollado un sistema de procesamiento innovador que:
Conserva al máximo los nutrientes
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Métodos de producción ecológicos
Quistes de nuestros propios lagos – calidad única
Control total del proceso de producción – desde la recolección hasta el envasado
Tecnologías del futuro – métodos de procesamiento innovadores
Enfoque ecológico – nos preocupamos por el medio ambiente